Llega el verano, y te resulta imposible sobrevivir a las altas temperaturas sin tu aire acondicionado. Con él, todo cobra otro color y puedes mantener el ritmo del día a día, algo que con el calor puede ser muy complicado.
Pero claro, este confort tiene su contrapartida, la factura de la luz, que alcanza unos picos en los meses de verano que te dejan temblando.
Si te sientes identificad@ con esto que te acabamos de contar, este post te interesa, porque vamos a darte las pautas para que este verano estés fresc@ y a la vez tu bolsillo no se resienta.
Te lo decimos nosotros, ya que en Llumiart también somos instaladores de aires acondicionados y, además, nos encargamos de su mantenimiento. Ante cualquier duda o necesidad, puedes contar con nuestro equipo.
1. El primer paso, una correcta elección
Si ya tienes el aparato de aire acondicionado instalado, este consejo te servirá en un futuro, cuando decidas cambiarlo, porque el aparato tiene mucha ‘culpa’ en el consumo. Hay dos datos en los que te debes fijar:
SEER, que mide el consumo de un aparato en frío. Cuanto mayor sea, más eficiente será nuestro aire acondicionado.
SCOP, que mide el consumo de un aparato en calor. Cuanto mayor sea, más eficiente será nuestro aire acondicionado.
Las dos primeras opciones (A+++ y A++) serían las más adecuadas.
El lugar donde lo instalas también es importante. Si es en una zona de tu casa donde le da el sol, le va a costar más realizar su función y, en consecuencia, consumirá más.
2. Cada grado de menos, unos euros más que se escapan de tu bolsillo
La temperatura a la que pones tu aire acondicionado es muy importante, para tu salud y para tu economía. Lo ideal es que el termostato esté entre 24 y 26 grados. Sí, no pongas esa cara… Por estadística, posiblemente seas del 85% de personas que pone su climatizador a entre los 20 y los 21 grados… Esto tiene varias consecuencias, porque además de hacer trabajar mucho más a tu aire acondicionado, lo que conlleva más gasto, cuando salgas a la dura realidad de la calle, el golpe de calor puede afectarte físicamente. Así que lo mejor es que en casa vistas con ropa fresca y ligera, y mantengas el termostato en una media de 25ºC.
3. Aísla bien tu vivienda
No hablamos de que tengas que ponerte a aislar las paredes o cambiar los ventanales, eso déjalo para futuras reformas, porque es de las mejores inversiones que harás. Pero hay algunos trucos fáciles para que el calor no entre y el frío no salga. Por ejemplo, echa las cortinas y baja las persianas si pega el sol directo, siempre que no te obligue a encender la luz, claro. Es un buen truco para las habitaciones, para que encontrarlas más fresquitas cuando nos vayamos a dormir. Y cierra las puertas de las habitaciones que no quieras refrescar con el aire, así la zona a refrigerar alcanzará la temperatura óptima antes y el aparato no tendrá que trabajar tanto.
4. Aprovecha las horas más frescas y genera corrientes de aire natural
Por la noche, y a primera hora de la mañana, las temperaturas bajan, ¡y es perfecto aprovecharnos de eso! Así que, abre tus ventanas. Si tienes ventanas enfrentadas, abre las de ambos lados, o las de varias habitaciones, para que se genere una adecuada corriente de aire.
5. Realiza un mantenimiento anual de tu aparato de aire acondicionado
Bien para el cambio de estación, o como mínimo una vez al año, conviene realizar tareas de mantenimiento de tu aparato de aire acondicionado. Limpiar los filtros, incluso cambiarlos si es necesario, hará que tu aparato funcione mucho mejor y en consecuencia, consuma menos. A la vez, también te durará más. Son pequeñas inversiones muy convenientes.
Si tienes interés en ampliar información, en instalar un aire acondicionado en tu hogar o negocio, o necesitas que realicemos labores de mantenimiento en la máquina que ya tengas instalada, ¡puedes contar con nosotros!
Nos encuentras en la calle Roteros, 7, en Valencia, y en el teléfono 963 91 07 32.