Una vez tenemos nuestra instalación eléctrica terminada, es hora de comenzar a utilizarla para poder iluminar nuestra estancia de la mejor forma posible. En este punto las bombillas juegan un papel importante pues gracias a ellas disfrutaremos de una buena iluminación. ¿Qué bombillas elegir?
Un clásico, bombillas incandescentes
Cuando pensamos en bombillas son las primeras que nos vienen a la cabeza. Inventadas por Edison en 1879, llevan desde entonces fabricándose y comercializándose alrededor de todo el globo.
La vida útil de las bombillas incandescentes suele ser de entre unas 1.000 y 2.000 horas, aunque son las bombillas más baratas, al final terminan saliendo caras. Otro factor que afecta a su vida útil es que no son demasiado eficientes y su consumo energético, comparado con otras alternativas, es de los más altos.
Bombillas halógenas
Las halógenas se pueden clasificar en dos tipos, dependiendo de la potencia que consuman:
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Halógenas de baja tensión: se usan con transformadores (de entre 12 y 24 V) y con una potencia que varía entre los 5 y los 100 W. Se suelen usar para direccionar la luz a un punto en concreto.
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Bombillas halógenas a tensión de red: con una potencia más alta (entre 100 y 1.000 W), suelen llevar un regulador de intensidad y se conectan a redes de 220 V; no necesitan transformador. La temperatura puede llegar hasta los 650ºC y llevan un revestimiento especial de cuarzo para aislarlas.
Luz fluorescente
En las instalaciones eléctricas muchas veces se opta por usar bombillas fluorescentes de luz fría. Éstas se empezaron a comercializar en 1938 y funcionan ionizando los gases que contienen el tubo fluorescente. A cada extremo contiene dos filamentos de tungsteno que al calentarse, enciende la bombilla.
Las bombillas fluorescentes duran entre 6.000 y 10.000 horas y convierten en luz un 30 % de la energía consumida. Son más eficientes que las incandescentes, que solo convierten un 10 %.
Bombillas de bajo consumo
Este tipo de bombillas podríamos describirlas como una luz fluorescente en versión bombilla. El mecanismo que se usa para iluminar es muy similar y son más eficientes que las anteriores, pues consumen hasta un 80 % menos que el resto de bombillas incandescentes.
Bombillas LED, llegan para quedarse
Tras la aparición de las bombillas de bajo consumo, se empezó a investigar en las bombillas tipo LED. Algo más caras que las anteriores, pues son más nuevas en el mercado, pero con una vida útil superior que las hacen una alternativa cada vez más popular.
Apenas consumen unos 4W y no desprenden calor, por lo que pueden ser incrustadas en cualquier tipo de instalación eléctrica. Su vida útil se calcula en unas 50.000 horas de consumo, muy superior al resto de alternativas comercializadas ahora mismo.
Además de estos tipos de bombillas, en el mercado existen otros menos conocidos e incluso prototipos de bombillas como las de galio. ¿Qué bombillas elegirás para tu próxima instalación eléctrica? Déjanoslo en un comentario.
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